24 de mayo de 2010

Imagínate, que no soy yo


Hace poco estuve en el estadio en un partido de fútbol del Club Alianza Lima. Me llamó la atención cómo -a pesar que hay varios futbolistas mestizos, andinos y afro-descendientes en este equipo- el público asistente utilizaba términos raciales para identificar a los jugadores que tenían un fenotipo más evidente de alguna ascendencia étnica. Por ejemplo al futbolista Prado, de rasgos andinos, le llamaban “cholo”, al jugador Afroperuano Villamarín le decían “negro” o “zambo”, calificaciones que no se usaban para otros futbolistas. En el Perú, tenemos una especie de scanner incorporado cuando de identificar a un grupo étnico se trata.


A raíz del retiro del personaje “Negro Mama” de la televisión, se han vertido una serie de opiniones y argumentos, intentando justificar infructuosamente su continuidad. Incluso artistas pertenecientes a la comunidad afro-peruana opinan que es una exageración retirar a este personaje porque es imaginario y no deberíamos asociarlo a la comunidad afroperuana.


Por ejemplo, la cantante Bartola - de ascendencia afroperuana- ha señalado que “un personaje no hace al ser humano, porque es una caracterización”. Habría que preguntarse ¿caracterización de quién? ¿de una persona pública con nombre propio?, no lo es ¿de un personaje imaginario?, tampoco. Lo imaginario está formado por la fantasía en la mente del creador, del artista; pero cuando esa creación expone elementos que permiten asociar indubitablemente al personaje con un grupo étnico (color de piel, ojos, labios, etc.) deja de ser imaginario, además que lo dice en su denominación, es el “Negro Mama”.


Entonces es obvio que este personaje alude, representa, señala una pertenencia innegable a la comunidad afro-peruana; más aún con el scanner desarrolladísimo que tenemos peruanas y peruanos para identificar a miembros de cada grupo étnico. Ahora, si alguien considera que no es ofensivo el personaje, es su opinión y hay que respetarla; sin embargo hay que diferenciar bien las opiniones de lo que las normas dicen. Basta que una persona se sienta ofendida con el personaje para que pueda ejercer el derecho de denunciar y pedir el retiro del mismo, y un juez, tendría que darle la razón.


Un caso interesante a analizar es el de la periodista Magaly Medina, quien fue sentenciada y encontrada culpable de haber cometido el delito de difamación, sin embargo, hay varias personas que le perdonan en su fuero interno este delito o consideran que nunca lo cometió, bajo el argumento de que es un tema de libertad de expresión o que, simplemente, les pareció injusta la sanción, Sin embargo, lo que el juez determinó, se basó en hechos objetivos, pruebas y aplicación de normas, las cuales deben cumplirse aún cuando un grupo representativo de los afectados, perdone o no quiera que se sancione a quien cometió el delito.


La discriminación es un delito y una infracción a la constitución, este personaje “Negro Mama” junto al de la “Paisana Jacinta” manifiestan estereotipos hacia grupos étnicos plenamente identificables e históricamente discriminados y excluidos; y el Estado tiene la obligación de sancionar estas conductas, independientemente de que alguien pretenda soslayarlas o perdonarlas en su fuero interno porque el artista es su amigo o los personajes le den risa.


Gustavo Oré:

Abogado y especialista en Derechos Humanos.
Miembro de la Comisión Legal de la “MESA CONTRA EL RACISMO”, auspiciada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y otras organizaciones. (Lima, Perú).
Investigador consultor para la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú en los temas de discriminación y derechos humanos.

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